Cuando mis hijos estaban aprendiendo a nadar, Yo les hacía agarrarse a la orilla de la piscina. Luego yo daba algunos pasos hacia atrás y les extendía mis brazos, pidiéndoles que nadaran hacia mí. Repetíamos esto muchas veces, y de vez en cuando yo me alejaba un poco más haciéndolos nadar mayores distancias para ir aumentando su confianza. Pero algunas veces se llenaban de miedo y comenzaban a hundirse. Cada vez era muy fácil extender mis manos y agarrarlos. Yo les afirmaba constantemente "No te preocupes! Papá esta aquí. Yo no te dejaré ahogar."

Cuando Pedro "comenzó a hundirse"(Mt 14:30), bien sea Jesús estrecho su brazo a una distancia milagrosa para sujetarlo, o que Pedro estaba mas cerca de Jesús de lo que el creía., cualquiera sea el caso, Pedro era como uno de mis hijos. Ellos confiaban en mí, y Pedro confiaba en Jesús, pero ambos debían crecer en la confianza. Por esto Jesús le dijo a Pedro, "Que poca fe tienes! Por qué dudaste?"(Mt 14:31)

Si un padre puede probar y presionar a sus hijos para ayudarlos a crecer fuertes, cuan mucho mas el Señor que Prueba nuestros corazones (1Th 2:4! Además El siempre está cerca de nosotros (S 145:18), a la distancia de un brazo. Su brazo nunca es demasiado corto como para no salvarnos (Is 50:2) Así como lo seguimos diariamente, no olvidemos que algunas veces Jesús se aleja un poco para que podamos crecer en fortaleza y en fe. El quiere que lleguemos hasta el final, no que nos hundamos en el miedo. Por lo tanto, camina sobre el agua (Mt 14:29), testifica en poder, produce mucho fruto (Jn 15: 8). No tengas temor (Mt 14:27)

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012

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