Jesús ordenó a sus discípulos "cuídense de los hombres" (Mt 10:17) porque Él enviaría a sus discípulos "como a ovejas en medio de lobos" (Mt 10:16). Él dijo que podrían ser entregados a la policía por sus propias familias (ver Mt 10:21). Debido a que somos discípulos de Jesús, nos podrían entregar para ser golpeados, juzgados y ejecutados, después de haber dado testimonio a favor de Jesús por el poder del Espíritu (ver Mt 10:17-21).

Cuando estaba leyendo el Evangelio de hoy, pensaba sobre cuán sorprendente podría parecerles esto a muchos cristianos, aunque en los países musulmanes y en China el Evangelio de hoy se entiende muy bien. Mientras pensaba acerca de esto, se me entregó una nota informándome de que el pastor asociado de una parroquia muy familiar para mí, había recibido una amenaza contra su vida. El hombre que hizo la amenaza fue arrestado y el sacerdote amenazado no fue atacado. Sin embargo, este mensaje me hizo pensar que muchos de nosotros, cristianos, podemos estar en un peligro mayor de una persecución severa más de lo que pensamos. El Señor nos dice que una persona devota o cualquiera que desee vivir una vida devota podría esperar ser perseguida (2 Tim 3:12). Debemos armarnos con la mentalidad de que sufriremos en el cuerpo (1 Pe 4:1). Esperemos el privilegio de la persecución (ver Hech 5:41).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.