esta cuaresma
"Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos" (Salmos 34:18-19).
La Cuaresma ya tiene siete días. ¿Has ayunado y orado a semejanza de Jesús en estos siete días? ¿Has perdonado a todos los que te han herido ―incluso a tus enemigos? (Cfr. Mt 6:12) ¿Estás vaciándote para ser llenado con la anchura, la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo? (Ef 3:18). La Cuaresma es una gracia, un regalo de primavera para nuestra relación con el Señor. Sin embargo, esta gracia no es forzada. Debemos demostrar que la aceptamos ayunando, orando, perdonando, arrepintiéndonos y obedeciendo.
A través de esta Cuaresma, el Señor hará los desiertos "fértiles y fructíferos" (Is 55:10). Donde no hay nada, el Señor plantará algo – "para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come" (Is 55:10). Si permitimos que Dios actúe según Su modo, esta Cuaresma no será malograda o "vacía," pero hará Su voluntad, "logrando el fin para lo cual" Él la envió (Is 55:10).
Haz de ésta, la mejor Cuaresma de tu vida. Obsérvela como si fuera la primera o la última. Que esta Cuaresma culmine en la renovación de las promesas bautismales en la Vigilia o en la Misa del domingo de Pascua. Compromete totalmente tu vida con Jesús. Que esta Cuaresma te prepare para el encuentro con el Cristo resucitado y para ser resucitado de los muertos por Él. Que esta Cuaresma te prepare para el fin del mundo, la venida final de Cristo, el día del Juicio y la felicidad eterna en el cielo.
Oración: Padre, que ésta sea la Cuaresma de toda la vida.
Promesa: "Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mt 6:9-10).
Alabanza: El ayuno de Ana la conduce a orar. Su oración la ayuda a ayunar.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013
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