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Viernes, 7 de marzo de 2014

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santas Perpetua y Felicidad


Isaías 58:1-9
Salmos 51:3-6,18-19
Mateo 9:14-15

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Reflexiones Similares

un corazón humilde y contrito

"Mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado" (Salmos 51:19).

La oración del rey David comienza: "¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad!" (Sal 51:3). David, un poderoso rey, podía humillarse ante Dios, ¿qué nos impide hacer lo mismo? El Señor nos pide eso a cada uno de nosotros, y no desprecia a una persona que se acerca a Él con un corazón humilde y contrito (Sal 51:19). No siempre es la otra persona que tiene que abrirse a Dios, para esa otra persona, nosotros podríamos ser la persona que tiene que abrirse al Señor. Dios me pide que reconozca mis ofensas (Sal 51:5) para que Él me pueda ¡Lavar totalmente de mi culpa y purificarme de mi pecado! (Sal 51:4).

El ayuno es una poderosa manera de calmar al mundo que nos rodea y hacer que tu oración sea "oída en las alturas" (Is 58:4). Dios nos ha dado su "lista de deseos" para nuestro ayuno: compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no volver la espalda a nuestra familia y amigos (Cfr. Is 58:7). Pedir perdón humildemente a Dios abre nuestros corazones al Señor para que nos sane. También abre los ojos a los que nos rodean que están sufriendo y necesitados.

Como Santa Teresa de Ávila dijo, somos las manos y los pies de Dios. Creemos que lo que Él pide es difícil, su solicitud es simplemente acercarse a Él con un corazón humilde y contrito. Él hará el resto (Cfr. 1 Tes 5:24).

Oración:  Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad guía mi mente para estar abierto a Tu voluntad en esta Cuaresma.

Promesa:  "Detrás de ti irá la gloria del Señor" (Is 58:8).

Alabanza:  Santas Perpetua y Felicidad diferían de los que las mataron: ellas amaban a sus enemigos. Varios de sus verdugos llegaron a creer en Jesús por el testimonio de su fe mientras morían.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013

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