el regalo de las lágrimas
"Todos se pusieron a llorar" (Hechos 20:37).
Si tú recibes el Espíritu Santo durante esta novena de Pentecostés, te llenaras de más alegría y tristeza como nunca jamás has sentido en tu vida. San Pablo, en su vida en el Espíritu, proclamó y mandó: "¡Regocíjense en el Señor siempre! Lo repito. ¡Regocíjense!" (Fil 4:4). También, Pablo, en su vida en el Espíritu, derramó muchas lágrimas. Él dijo: "Velen, entonces, y recuerden que durante tres años, de noche y de día, no he cesado de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes" (Hch 20:31). "Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos. Todos se pusieron a llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente" (Hch 20:36-37). Estas lágrimas de Pablo y de los Cristianos en Éfeso no eran lágrimas de alegría si no de tristeza. La vida en el Espíritu incluirá tristeza y lágrimas
Aun sabiendo esto, ¿decidiremos renovar nuestras promesas bautismales y de Confirmación, dejaremos al Espíritu agitarse en llamas en nuestras vidas y recibir un nuevo Pentecostés? En realidad, no nos motiva aceptar un "espíritu" que nos hará llorar de tristeza. Más bien estamos tentados a decir, "Vete, Espíritu Santo," en lugar de decir "Ven Espíritu Santo." El Espíritu Santo respeta nuestra libertad. Él nunca forzará su amor sobre nosotros. Nosotros sabemos que el Espíritu Santo se mueve donde Él quiere (ver Jn 3:8), pero en muchos aspectos el Espíritu solo se mueve si nosotros queremos.
Por el amor del Señor por ti, decide aceptar tanto la alegría como la pena de la vida en el Espíritu. ¡Ven, Espíritu de lágrimas!
Oración: Padre, "¡Ojalá mi cabeza se convirtiera en llanto y mis ojos en fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por las víctimas de la hija de mi pueblo!" (Jer 8:23).
Promesa: "Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad'" (Jn 17:17).
Alabanza: Rogelio despreciaba a los cristianos. Su esposa iba todos los días a Misa. Para la alegría de su esposa, Rogelio dio su vida a Jesús en un Viernes Santo y ahora maneja una estación de radio Cristiana.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014
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