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Viernes, 2 de octubre de 2015

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Ángeles de la Guarda


Éxodo 23:20-23
Salmos 91:1-6, 10-11
Mateo 18:1-5, 10

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"Entonces mi ángel irá delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, los hititas, los perizitas, los cananeos, los jivitas y los jebuseos, y los exterminará" (Éxodo 23:23).

Muchos cristianos tienen la impresión de que los ángeles son como "hombres buenos", pero para empezar no son ni varón ni hembra. Los ángeles no son seres humanos, a pesar de que compartimos algunas facultades espirituales. El Señor nos advirtió de que no debemos rebelarnos en contra de nuestro ángel de la guarda, "porque no les perdonará las transgresiones" (Ex 23:21). También nos ordenó no despreciar a otros cristianos porque sus ángeles nos harán desear no haber cometido ese error (ver Mt 18:10).

El arcángel Rafael corrigió a Tobías, diciendo: "Cuando yo estaba con ustedes, no era por mi propia iniciativa, sino por voluntad de Dios. Es a Él a quien deben bendecir y cantar todos los días" (Tb 12:18). El arcángel Gabriel no aceptó la crítica de Zacarías. Él le dijo a Zacarías: "Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo" (Lc 1:20).

Esto no quiere decir que los ángeles sean siempre severos y recios con el hombre, pero tampoco se les podría calificar como unos seres dulzones, rechonchos y mofletudos con caras de bebé. Los ángeles son nuestros protectores. Además desempeñan otras funciones vitales para nuestro bien. Podrán mostrarse ser muy duros en ocasiones, pero será porque nos conviene y es su cometido.

Por lo tanto, respeta a tu ángel de la guarda y a todos los ángeles. Obedéceles punto por punto y sin demora. Son un regalo de Dios para ti, pero debes aprender a escuchar.

Oración:  Padre, dame ese temor de Ti que es el comienzo de la sabiduría (Sal 111:10).

Promesa:  "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo" (Mt 18:5).

Alabanza:  Juan ora la oración del ángel de la Guarda en el momento en que despide a sus estudiantes al final del día escolar.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.

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