corazon duro, arde
"Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán" (Lucas 16:31).
Aunque vivimos en un mundo de comunicación instantánea, con información siempre a la mano, es fácil ignorar las noticias sobre los cientos de millones de personas que mueren de hambre cerca de nosotros (ver Lc 16:20). Hemos endurecido tanto nuestros corazones que aun si alguien fuese resucitado de entre los muertos para prevenirnos, no nos arrepentiríamos (Lc 16:31). Si alguna vez cambiamos, será por medio de la Palabra de Dios ―del Pentateuco de Moisés a los profetas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento (ver Lc 16:31).
Jesús practicó lo que predicaba en la parábola del hombre rico y Lázaro. La tarde en la que resucitó de entre los muertos, Él sabía que su resurrección sería sólo el comienzo para abrir los corazones endurecidos de la humanidad. Entonces, Jesucristo resucitado se pasó la primera tarde y las primeras horas de esa noche de su resurrección interpretando "en todas las Escrituras lo que se refería a Él"(Lc 24:27) y les abrió a los discípulos "la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras" (Lc 24:45).
En cada Misa, el Cristo resucitado continúa proclamando las Escrituras. La Misa diaria es nuestra mejor oportunidad para permitirle a Dios que cambie nuestros corazones. Entonces, amaremos al pobre y amaremos a nuestro Señor. Expone tu corazón diariamente a La Palabra de Dios proclamada por el resucitado, eucarístico Señor.
Oración: Padre, que mi corazón arda y se derrita cuando escuche tu Palabra (ver Lc 24:32).
Promesa: "¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto" (Jer 17:7-8).
Alabanza: Jorge es el líder de un grupo de jóvenes que organiza "fiestas" de Confesión y de Adoración Eucarística para sus miembros.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014
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