día del padre
"Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo " (Mateo 28:19).
Nosotros hemos sido creados para ser bautizados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". La palabra "bautizar" significa "ser sumergidos". El sentido de la vida es estar inmerso, es decir, preocupado y consumido por la Santísima Trinidad (ver Heb 12:29).
Entramos en el amor trinitario y a la vida a través de Jesús, el único camino al Padre (Jn 14:6) y el que nos bautiza en el Espíritu (Mc 1:8). Entonces el Padre revela al Hijo (vea Lc 10:22), y el Espíritu testificará por Jesús (Jn 15:26) y proclama a Jesús como Señor (1 Co 12:3). Nos encontramos entonces inmersos y abrazados del amor Trinitario.
Para penetrar aún más profundamente en el misterio del amor Trinitario, uno de los eventos más importantes que debe ocurrir es que el Espíritu grite en nuestros corazones "Abba", es decir, "Padre" (Rom 8:15; Gal 4:6). Cuando conocemos el amor del Padre personalmente, estamos inmersos en la Trinidad para siempre. Sin embargo, es posible alejarse del amor Trinitario si acallamos la voz del Espíritu que nos impele a exclamar "Abba", es decir, "Padre". Este alejamiento se produce cuando nos negamos a confiar en Dios, cuando no perdonamos a nuestros padres terrenales, o no nos arrepentimos de nuestros pecados de egoísmo y autosuficiencia.
¿Vas a ir hasta el final con la Trinidad o retroceder? El Espíritu Santo está clamando "Abba". Échate a los brazos de tu Padre Dios.
Oración: Abba...
Promesa: "Y yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo" (Mt 28:20).
Alabanza: "¡Alabado sea la Santísima Trinidad, la Unidad indivisible!"
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2015
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