el programa de hoy
"Y ya está preparada para mí la corona de justicia" (2 Timoteo 4:8).
En muchos países, la fiesta de hoy es un día de precepto, aun cuando no caiga en domingo. Esto significa que la reunión de hoy del pueblo de Dios es tan importante que a menudo se considera obligatoria. Hoy en día es tan especial porque:
- Pedro fue la roca sobre la cual Jesús edificó su Iglesia (Mt 16:18).
- Pablo fue el apóstol de los gentiles (Gal 2:7).
- Pedro y Pablo fueron mártires.
- Estos dos santos siguen estando en comunión con nosotros, orando por nosotros y socorriéndonos.
Si aceptamos la invitación que Dios nos hace, cada uno de nosotros y toda la comunidad cristiana será diferente después de la celebración comunitaria de hoy. Vamos a ser más santos. Muchos cristianos serán liberados de las cadenas del pecado, la adicción y el miedo (ver Hch 12:6-7). Mucha maldad será atada, y muchas gracias desatadas (Mt 16:19). Miles, cientos de miles, o incluso millones darán sus vidas a Jesús y recibirán la salvación. Hoy, incontables multitudes recibirán la plenitud del Espíritu. Por supuesto, cada día es un día de gracia, pero el Señor ha elegido algunos días para ser aun más significativos (ver Eclo 33:7-9). "Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él" (Sal 118:24). ¡Aleluya!
Oración: Padre, que cuando hoy escuche Tu voz, no se endurezca mi corazón (ver Sal 95:7-8).
Promesa: "El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre en su Reino celestial. ¡A él sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén" (2 Tim 4:18).
Alabanza: "Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra" (Hch 10:44).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015
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