El arcángel Rafael les dijo a Tobit y a Tobías que "la limosna nos libra de la muerte y nos purifica de todo pecado". Esta parece ser una extraña enseñanza, porque nosotros creemos que el pecado es expiado por la muerte salvadora de Jesús y nosotros aceptamos esta expiación por nuestra fe en Él. Sin embargo, Jesús lo afirmó cuando les dijo a los fariseos: "Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro" (Lc 11:41).

Para Tobit y los fariseos, las limosnas no podían darse en lugar de la fe, sino como un acto de fe. Los Fariseos "eran amigos del dinero" (Lc 16:14). Se rieron de Jesús cuando Él enseño que deberíamos ser generosos en dar dinero al necesitado (Lc 16:14). Porque para los fariseos dar limosna requeriría de un gran acto de fe. Implicaba confiar que Dios proveería sus necesidades, ellos pesaban que su riqueza era la forma en que Dios había proveído para ellos.

Tobit, aunque no era tan avaro como los fariseos, era bien consciente del valor del dinero. Antes de quedar ciego, fue un agente de compras para el gobierno (Tob 1:13). Estaba deprimido porque tenía que depender del sueldo de su esposa para su sustento (ver Tob 2:10-11) y tenía una gran "cuenta de ahorros" en Media (ver Tob 4:1). Tanto Tobit como los fariseos, estaban llamados ser generosos y a confiar en la Providencia divina. ¿Cómo es que tú demuestras tu confianza en Dios?

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015

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