hacer y ser la señal de la cruz
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte resucitará" (Marcos 9:31).
El tema favorito del Señor es la cruz. Sin embargo, no comprendemos Su mensaje de la cruz (Mc 9:32). Además, tenemos miedo de la cruz (Mc 9:32). Por eso no queremos entender a Jesús en relación con la cruz. Incluso, no Lo cuestionamos acerca de ésta (Mc 9:32) sino simplemente hablamos de cualquier otra cosa, como nosotros mismos. No obstante, Jesús nos cuestionará si no queremos preguntarle. Él nos preguntará: "¿de qué hablaban en el camino?" (Mc 9:33) Puede que guardemos silencio porque estamos avergonzados de nosotros mismos y preocupados (ver Mc 9:34). Esta pena y culpa pueden ser el comienzo de nuestro arrepentimiento, de la restauración de nuestra comunicación con Jesús y de nuestra aceptación del camino de la cruz.
Te invito a observar un crucifijo o una imagen de Jesús en la cruz por lo menos un minuto al día por nueve días. Dios te dará la gracia de hablar únicamente de la cruz (1 Co 2:2) y alardear sólo de la cruz (Gál 6:14). Encontrarás gozo (ver Col 1:24) al llevar las cruces de ser perseguido, dar perdón, hacer penitencia, hacer sacrificios, ayunar, servir, amar a los enemigos, escoger la pobreza, comprometerte y amar tu vocación. Fija tus ojos en el Cristo crucificado.
Oración: Padre, haz de mi vida una "señal de la cruz".
Promesa: "Condenémoslo a una muerte infame, ya que Él asegura que Dios lo visitará" (Sab 2:20).
Alabanza: ¡Alabanza a Jesús, condenado "a una muerte infame" (Sab 2:20), quién resucitó en gloria de nuevo!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de abril de 2015
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