amor => valiente => crucificado
"Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo" (Lucas 6:7).
Jesús podría haber sanado al hombre que tenía la mano seca en un día que no fuera el sábado o en privado. Sin embargo, Jesús se negó a ser intimidado y manipulado por sus enemigos. De hecho, Jesús realizó públicamente esta curación el sábado (Lc 6:8ss). Como se esperaba, los oponentes de Jesús consideraron que "se volvió loco" (ver Lc 6:11) y finalmente lo crucificarían.
Jesús es valiente, no tiene miedo a la polémica que pueda suscitar. No cedió cuando se trataba de defender sus principios, y por ello tuvo que sufrir severamente. Jesús es valiente y crucificado porque ama a los de manos y espíritus marchitos. Jesús, quién es Amor (1 Jn 4:8, 16), quiere la sanación y salvación de todas las personas (1 Tim 2:4) tanto es así que libremente escogió la muerte en la cruz incluso para salvar a sus enemigos.
Seamos como Jesús o nos convertiremos en uno de sus enemigos. Suframos con Jesús o le infligiremos sufrimiento (ver Heb 6:6) a Él y a sus discípulos. Amemos al menos lo suficiente como para ser valientes y crucificados.
Oración: Padre, hazme más parecido a Jesús cada día.
Promesa: "Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1:24).
Alabanza: La lectura diaria de las Escrituras en la Misa ha profundizado enormemente el entendimiento y la fe de Roberto.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de abril de 2015
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