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Domingo, 31 de enero de 2016

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4to domingo de Tiempo Ordinario


Jeremías 1:4-5, 17-19
1 Corintios 12:31-13:13
Salmos 71:1-6, 15, 17
Lucas 4:21-30

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amar es divino

"En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor" (1 Corintios 13:13).

Si no tengo amor, no soy nada (1 Co 13:2). Si no tenemos amor, nuestros mejores esfuerzos son inútiles (1 Co 13:3). "El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor" (1 Jn 4:8). "El que no ama permanece en la muerte" (1 Jn 3:14). La vida sin amor es muerte. Debemos tener amor.

Sin embargo, es humanamente imposible para nosotros amar verdaderamente. Parece que somos capaces de amar a algunas personas casi naturalmente. Sin embargo, sin la intervención divina, o bien este no es el verdadero amor o Dios nos está ayudando a amar sin nosotros saberlo. Amar es divino. Incluso las diversas expresiones de amor son divinas. Por ejemplo, "errar es humano, perdonar es divino."

Al amar, debemos darnos cuenta de la necesidad del amor y su imposibilidad por el poder humano. Por eso, vamos a pedir al Señor que nos dé el milagro del amor. Él lo hará porque nos amó primero (1 Jn 4:19) y nos purificará por la obediencia a la verdad (1 Pe 1:22). El amor es el fruto de un gran trabajo, de múltiples facetas del Espíritu (Gal 5:22). Él nos honra con la fe, la virtud, el conocimiento, la templanza, la perseverancia, la piedad, el espíritu fraternal y, finalmente el amor (2 Pe 1:5-7). El amor es un milagro que resulta de una serie de milagros. Actuar desde un corazón de amor, es pues, la caridad, que también es un milagro. Amar es divino.

Pídele a Dios amor varias veces al día. Él es la única fuente de amor, porque Él es amor (1 Jn 4:16).

Oración:  Padre, que pueda recibir Tu amor y crecer en Tu amor para que pueda dar amor y actuar desde la caridad.

Promesa:  "Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado" (Jer 1:5).

Alabanza:  Alabado seas, Jesús resucitado, pronto a venir en gloria. Sé glorificado en nuestras vidas. ¡Aleluya!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 24 de augusto de 2015.

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