"que yo disminuya" (juan 3:30)
"Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:" (Lucas 18:9).
La piedad del fariseo era admirable: aportaba el diez por ciento de su ingreso bruto y ayunaba dos días a la semana, probablemente un ayuno muy arduo. ¿Cuántos de nosotros damos el diezmo y ayunamos por tal o cual motivo? Sin embargo, san Lucas señala específicamente que la "oración" del fariseo se dirigía a sí mismo y no a Dios (Lc 18:11). Comparó sus virtudes con la conducta de otras personas, no con los estándares de Dios.
La piedad de los tributos no era admirable. Los cobradores de impuestos del tiempo de Jesús eran judíos que trabajaban para los romanos. Muchas veces extorsionaban a su propia gente para ganarse una mejor comisión. Tal vez esta fue la única vez que este publicano de la parábola había estado en el templo. Pero este publicano poseía la visión de ver su propia pequeñez ante Dios. También evitó compararse con los demás. En cambio, sí comparó su propia vida de pecado con la santidad de Dios, y se arrojó en manos de la misericordia de Dios (Lc 18:13).
En la segunda lectura de hoy, san Pablo parece asemejarse al fariseo más que el recaudador de impuestos. Nos "cuenta" cómo él también ha sido fiel a Dios (ver 2 Tim 4:7). Sin embargo, los comentarios de san Pablo eran un testimonio de la fidelidad del Señor en lugar de una larga lista de auto-elogios para que Dios escuchara. Pablo da crédito a Dios por cualquier bien que ha hecho. El fariseo se da crédito a sí mismo, rechazando la buena obra de Dios en su vida.
Cualquier cosa buena en nuestras vidas ha sido obra de Dios (Fil 2:13). Nombra, si puedes, algo "que tengas y no hayas recibido", un talento o don espiritual. "Y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?" (1 Co 4:7).
Oración: Jesús, que Tú "crezcas y que yo disminuya (Jn 3:30).
Promesa: "Pero el Señor rescata a sus servidores" (Sal 34:23).
Alabanza: ¡Alaba a Jesús, el Redentor, el Mesías y Rey resucitado! (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.
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