¡Aleluya! ¡Jesús ha resucitado! Aquellos que creen en Él serán resucitados de entre los muertos para vivir con Él para siempre (Jn 11:26). Debido a que nosotros resucitaremos:

• podemos ser libres y no tener miedo al enfrentar la muerte (Heb 2:15; 1 Co15:55),

• podemos ser maravillosamente valientes y considerar los peores sufrimientos como nada (2 Mac 7:12),

• estamos llenos de esperanza (2 Mac 7:14; 1 Pe 1:3),

• no somos manipulados a una vida en búsqueda de placer (ver 1 Co 15:32),

• vemos nuestros cuerpos como templos del Espíritu (1 Co 6:19),

• nos vemos obligados a proclamar la buena nueva de nuestra resurrección a los que están atrapados en la "cultura de la muerte" (ver 2 Tim 2:8),

• tenemos un vínculo especial de unidad y de comunidad con aquellos que también creen en la resurrección, y

• estamos obligados a reunirnos en domingo, Día de Resurrección, para la celebración del aniversario semanal de la Resurrección de Jesús.

Nuestra fe en la resurrección debe estar escrita por todas partes en nuestras vidas. Debe ser evidente casi de inmediato para alguien que nos observa. "Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen" (1 Pe 3:15).

¡Aleluya! ¡Él ha resucitado! ¡Ustedes van a resucitar! ¡Aleluya siempre!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.

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