Cada día de este año Jesús se te ofreció en la Eucaristía. La Palabra se hizo carne (Jn 1:14) y se hizo disponible cariñosamente en caso de que lo desearas. Vino a ti, "vino a los suyos" (Jn 1:11). Cada día de este año, Jesús, "la Palabra" (Jn 1:1), ha puesto Su palabra santa a tu disposición. Sus cartas de amor a ti, la Biblia, estaban constantemente presentes en caso de que quisieras escucharlo. Cada día de este año, Jesús se aseguró de que tus pulmones siguieran respirando, tu corazón siguiera latiendo, tu cuerpo siguiera funcionando. Jesús siempre estaba pensando en ti este año, permaneciendo fiel contigo (Mt 28:20), constantemente amándote. Pudo haber sido un año de "gracia sobre gracia" (Jn 1:16) para ti, si aceptaste Su amor.

En este año, 2016, "ha llegado la última hora" (1 Jn 2:18). Al final del año, Jesús, "el Fin" (Ap 22:13) permanece a la espera, en caso de que lo desees.

A pesar de todo lo que Jesús hizo por nosotros, el año 2016 se mide mejor por lo que Jesús recibió de nosotros. Cuando Jesús busca el fruto de la santidad, la evangelización y el servicio en tu vida este año, ¿lo encontrará? (Lc 13:6; Mt 21:34) Si tu vida se quedó corta, ve a Jesús en este momento y entrégate a Él de nuevo. Como lo hizo con el buen ladrón (Lc 23:40-43), Jesús puede hacer milagros maravillosos "a última hora". Con Jesús, "todo lo que acaba bien es bueno".