pasos ascendentes
La iglesia "se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo" (Hechos 9:31).
El Señor nos conduce paso a paso, "gracia sobre gracia" (Jn 1:16) y cada vez mas gloriosos (2 Co 3:18). Por ejemplo, Pedro subió un escalón muy importante al obedecer a Cristo ascendido a dedicarse a la oración constante antes de Pentecostés (Hch 1:14). Después el subió un escalón gigante al recibir el Espíritu Santo, hablar en distintas lenguas y dar testimonio de Cristo resucitado a miles de personas (Hch 2:4ss). Estas gradas prepararon a Pedro para sanar al hombre paralítico de nacimiento (Hch 3:7). Entonces, Pedro estaba dispuesto a ir a la cárcel por su amor a Jesús. Pedro creció a través de estos varios pasos a tal punto, que el Señor lo agració en sanar a personas sobre las cuales meramente pasara su sombra (Hch 5:15-16). Más tarde, el Señor usó a Pedro para curar a un hombre paralizado por ocho años (Hch 9:33-34). Esto fue el inmediato paso preparatorio para levantar a Tabitá de entre los muertos (Hch 9:40).
Después de levantarla de la muerte, Pedro parecería haber llegado al tope de su escalera. Sin embargo, subió aun más alto con la conversión de Gentiles, comenzando con Cornelio y su familia (Hch 10:44). Para un judío esto era más inconcebible que el levantarlos de entre los muertos. Pedro subió escalones aún más altos, como cuando el Señor lo liberó de la cárcel poco antes de su prevista ejecución (Hch 12:11). Finalmente, el Señor conllevó a Pedro a subir otros escalones, hasta el tope del martirio y el cielo.
Sube paso a paso con Jesús. Puesto que un escalón lleva a otro, el no subir significa negarnos nosotros mismos al futuro. Jesús dice y sigue diciendo: "Otro paso hacia arriba."
Oración: Padre, te obedeceré al subir el escalón de hoy dia para estar en posición para el escalón de mañana.
Promesa: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida Eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios" (Jn 6:68-69).
Alabanza: Isabel ha seguido a Jesús todos los días por setenta y cinco años.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.
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