pecados de omisión
"El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado" (Santiago 4:17).
Los pecados no son sólo los que cometemos, sino también los que omitimos. Seremos juzgados no sólo por lo que decimos (Mt 12:36), sino también por lo que no decimos (ver Ez 3:18; 33). Seremos juzgados no sólo por prestar nuestra presencia a las cosas que no glorifican a Dios (ver 1 Co 10:31), sino también por nuestras ausencias de las asambleas del pueblo de Dios (Heb 10:25) y de otras obras del Señor.
Antes de nosotros ser creados, el Señor preparó una vida de buenas obras para cada uno de nosotros (Ef 2:10). Él nos hace responsables de todas estas obras. Por ejemplo, Jesús le advirtió a la Iglesia de Sardes: "Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios" (Ap 3:2).
Si estás pecando por omisión, arrepiéntete y clama por la misericordia del Señor. "Él es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados" (1 Jn 2:2). El Señor te perdonará. Por Su gracia, haremos lo imposible. Haremos todo lo que Él nos pide. Vive tu vida al máximo por Jesús (ver Jn 10:10).
Oración: Padre, pongo mi vida en Tus manos.
Promesa: "No, nadie puede rescatarse a sí mismo ni pagar a Dios el precio de su liberación, para poder seguir viviendo eternamente sin llegar a ver el sepulcro: el precio de su rescate es demasiado caro y todos desaparecerán para siempre" (Sal 49:8-10).
Alabanza: El Papa san Juan I celebró la Pascua en Constantinopla y murió poco después en la cárcel.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.
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