"¡levanta en alto la cruz!"
"La muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida" (2 Corintios 4:12).
Pedro, Santiago y Juan fueron los tres grandes apóstoles escogidos por Jesús. Solo ellos fueron elegidos por Jesús para estar presentes cuando resucitó a la hija de Jairo de entre los muertos (Mc 5:37), cuando Se transfiguró (Mt 17:1-2) y cuando sufrió Su agonía en el huerto de Getsemaní (Mt 26:37). En consecuencia, cuando Santiago fue decapitado (Hch 12:2) y Pedro esperaba su ejecución, parecía que la Iglesia estaba siendo destruída rápidamente por el exterminio sistemático de sus líderes.
Sin embargo, fue todo lo contrario, porque muriendo resucitamos a la vida nueva, y también la Iglesia. Cuando continuamente "llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús" (2 Co 4:10) y "estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús", entonces la vida de Jesús se manifiesta (2 Co 4:11). En nuestra debilidad, el poder de Dios llega a la perfección (2 Co 12:9). "Es cierto que Él fue crucificado en razón de su debilidad, pero vive por el poder de Dios. Así también, nosotros participamos de su debilidad, pero viviremos con Él por la fuerza de Dios" (2 Co 13:4).
La muerte de Jesús en la cruz y nuestra participación en su muerte son nuestra gloria, no nuestra vergüenza (ver Gál 6:14; Rom 1:16). "El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios" (1 Co 1:18). "Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también… la acción de gracias para gloria de Dios" (2 Co 4:15). "¡Levanta en alto la cruz!"
Oración: "Adoramos Te, oh Cristo, y alabamos Te, porque por tu santa cruz, redimiste al mundo" (san Francisco de Asís).
Promesa: "Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud" (Mt 20:28).
Alabanza: San Santiago, fue honrado por el rey Afonso del Congo, segundo rey cristiano del país.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.
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