llamado y amado por nombre
"Saludos de Pablo, siervo de Jesucristo, llamado…" (Romanos 1:1).
Pablo era muy consciente de haber sido "llamado a ser apóstol" (Rom 1:1). También era muy consciente de que estaba escribiendo a los "llamados por Jesucristo" (Rom 1:6) y "llamados a ser santos, llegue la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo" (Rom 1:7). El ser llamado era tan importante en la Iglesia temprana que la raíz de la palabra que traducimos "iglesia" significa "los llamados". Los primeros cristianos se consideraban elegidos, especialmente seleccionados, "los escogidos", llamados a un amor especial por el Señor.
Para los seres humanos, ser especial implica exclusividad, no inclusión. Si todo el mundo es especial, nadie es especial. Por lo tanto, podemos no sentirnos especialmente seleccionados, porque sabemos que Dios ama a todos. Sin embargo, el Señor no está ligado a nuestras limitaciones. Puede amar a todos con un amor personalizado, individualizado. Él nos hizo a cada cual único, fuera de clase. Él nos conoce a cada uno mucho mejor de lo que jamás nos podremos conocer nosotros mismos. Nos ama a cada uno no con un amor genérico; más bien Él nos llama, conoce y ama a cada uno por el nombre (Is 43:1). Ha contado cada cabello de nuestra cabeza (Mt 10:30) y ha contado nuestras lágrimas (Sal 56:9). Conoce y se preocupa por nuestras idas y venidas (Sal 139:3ss).
Cada uno de nosotros es llamado — especial e individualmente elegido para amar al Señor. Vive en Su amor (Jn 15:9). ¡Responde a la llamada!
Oración: Padre, Te doy las gracias y Te alabo por Tu amor personal e íntimo por mí.
Promesa: "El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás" (Lc 11:32).
Alabanza: Santa Margarita María vivió solo cuarenta y tres años, pero su devoción al Sagrado Corazón ha florecido por más de tres siglos.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de mayo de 2017.
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