alégrense en el señor siempre
"¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?" (Isaías 7:13).
Antes de escribir esto, pasé sentado en dos aeropuertos durante varias horas ya que mis vuelos fueron cancelados o estuvieron retrasados. Estaba agotado. Después leí a Isaías 7:13. En cierta manera, me di cuenta que yo fatigo a Dios cuando:
- me quejo y le gruño sobre mi propio cansancio,
- me niego a "caminar por fe" (ver 2 Co 5:7),
- peco,
- desobedezco al Señor,
- me niego a perdonar,
- me niego a arrepentirme,
- chismeo,
- desperdicio el tiempo que el Señor me ha dado, y
- vivo en el egoísmo.
Aquellos que pecan como Ajaz y Zacarías (ver Is 7:12; Lc 1:20) hartan al Señor. Los que tienen fe como la de María dan motivo al Señor de regocijarse y cantar con gozo a causa de ellos (Sof 3:17).
Hombres y mujeres de fe, "alégrense" en el Señor siempre. "Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense" (Fil 4:4)
Oración: Jesús, Tú eres mi alegría. Que siempre yo sea Tu gozo.
Promesa: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho" (Lc 1:38).
Alabanza: "Oh Llave de David, oh Poder Real de Israel quien controla a su voluntad las puertas del cielo: ven, rompe los muros de las prisiones de la muerte para los que moran en las tinieblas y sombra de la muerte; y conduce a tu pueblo cautivo a la libertad".
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de julio de 2017.
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