¿pasas la sal?
"Porque cada uno será salado por el fuego" (Marcos 9:49).
Jesús dice que tú y yo "seremos salados por el fuego" (Mc 9:49). Los usos de las escrituras para la sal revelan varios posibles significados:
- La sal se usaba para sellar una alianza (2 Cr 13:5; Lev 2:13). Tenemos que ser rociados continuamente con la sal de la purificación, el fuego purificador del arrepentimiento (Mal 3:2-3) para ser fieles a nuestra alianza bautismal con el Señor.
- El incienso se utilizó "para ser un perfume salado, puro y santo" (Ex 30:35). El incienso representa nuestras oraciones (Ap 5:8, 8:3-4). Nuestra vida de oración debe ser salada con fuego devorador de Dios (Heb 12:29) de amor para "mantenernos puros y sagrados".
- "Cada ofrenda que presentes al Señor, será sazonada con sal" (Lev 2:13). Ofrecemos nuestros cuerpos a Dios como sacrificios vivos (Rom 12:1). Los sacrificios físicos tales como el ayuno y la abnegación son como riegos de fuego que nos ayudan a ser puros y evitar el infierno (Mc 9:43ss). Este tipo de sal purifica y preserva de la muerte (ver 2 Re 2:21).
- La sal conserva (Tob 6:6) y sazona (Jb 6:6). Paradójicamente, un salpicado con fuego, que nos podría destruir, en realidad puede preservar en nosotros lo que es digno (ver 1 Co 3:12-15).
"Ustedes son la sal de la tierra" (Mt 5:13). ¡Déjese salpicar por el fuego!
Oración: Padre, no solo rocíame con fuego; hazme una llama con Tu amor.
Promesa: "Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros" (Mc 9:50).
Alabanza: San Policarpo, discípulo de los apóstoles originales, fue quemado en la hoguera por su fe en Jesús.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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