¿cuál es tu cruz hoy?
"Después (Jesús) dijo a todos: 'El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga'" (Lucas 9:23).
El sentido de la vida y de la Cuaresma es ser y hacer discípulos para Jesús. Su plan es enviarnos a hacer discípulos de todos los pueblos (Mt 28:19). Para ser discípulos de Jesús, debemos hacer nada menos que perder nuestras vidas por Su causa (Lc 9:24). Los discípulos "no viven más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" (2 Co 5:15; ver también Gal 2:20). Perdiendo nuestras vidas las salvamos negándonos a nosotros mismos (Lc 9:23). La auto-negación se hace de muchas maneras, pero la clave de la santa abnegación y el discipulado de Cristo es el reconocimiento y la aceptación de nuestra cruz diaria (Lc 9:23).
La cruz diaria es:
- sufrimiento en el modelo de la muerte de Jesús (Fil 3:10),
- elegida libremente (ver Jn 10:18),
- llevada con el perdón de los que pecaron contra nosotros,
- ser crucificado con Cristo (Gal 2:19) muriendo a sí mismo (ver Jn 12:24),
- un privilegio (Fil 1:29), y
- una gran alegría (Col 1:24; 1 Pe 4:13).
Pide al Espíritu Santo que te ayude a reconocer tu cruz cada día por cada uno de los diez primeros días de Cuaresma. Llevar estas cruces es la clave para la abnegación y el discipulado cristianos.
Oración: Padre, que sea el discípulo que haga discípulos en esta Cuaresma quienes harán otros discípulos.
Promesa: "Yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida" (Dt 30:19).
Alabanza: La cruz de Dorotea era el alcoholismo de su esposo, a quien por la gracia de Dios, ella era capaz de amar.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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