haz una carrera para lograrlo
"Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años. Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te devuelve la salud: levántate, y arregla tú mismo la cama». Él se levantó enseguida" (Hechos 9:33-34).
La primera curación por la Iglesia naciente registrada en los Hechos de los Apóstoles fue la curación del hombre paralítico de nacimiento (Hch 3:1ss). Más adelante, Pedro sanó a Eneas, "un paralítico que estaba postrado en cama desde hacía ocho años" (Hch 9:33). Pablo también curó a un hombre tullido de nacimiento (Hch 14:8ss). De las muchas curaciones realizadas por el Espíritu en la Iglesia primitiva, la curación de los cojos es la más enfatizada.
Esta es la forma de Dios de expresar: "¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!" (Rom 10:15; Is 52:7) La vida cristiana no es principalmente una experiencia intelectual, sino de "trabajo a pie". La Iglesia debe caminar en el Espíritu antes de que ella le hable al mundo. La Iglesia no debe estar coja o paralítica; debe estar "caminando, saltando y glorificando a Dios" (Hch 3:8). Nosotros hemos de resucitar como Tabitá, una gacela (Hch 9:36), corriendo y saltando por la belleza y libertad de Cristo. Todos somos cojos de nacimiento; pero ahora estamos curados y liberados por medio del nuevo nacimiento del bautismo.
Por tanto, cristianos, hagan una carrera. "¿No saben que en el estadio todos corren, pero solo uno gana el premio?" (1 Co 9:24). Que toda tu atención esté fijada en "la meta" mientras que corres, "para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios" te "ha hecho en Cristo Jesús" (Fil 3:14). "Corran, entonces, de manera que lo ganen" (1 Co 9:24).
Oración: Padre, que pueda correr como María Magdalena corrió en la mañana de la resurrección (Jn 20:2).
Promesa: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna" (Jn 6:68).
Alabanza: Margarita mensualmente camina y ora frente a clínicas de abortos, para que estos cesen, por la conversión de los que lo practican y por la curación de todos los involucrados.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.
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