una buena vuelta
"Pero al que se convierte al Señor, se le cae el velo" (2 Corintios 3:16).
Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, un velo obstruye nuestra comprensión de la Biblia. Solamente regresando a Jesús y al Espíritu Santo este velo es removido (2 Co 3:14-17). Si nos volvemos al Señor, vamos a contemplar su gloria con el rostro descubierto y vamos a ser "transformados a su propia imagen por la acción del Señor, que es Espíritu" (2 Co 3:18).
Si no nos volvemos al Señor, vamos a acusar falsamente a otros de tener un velo al Evangelio, aunque el velo es en realidad debido a nuestra falta de comprensión (ver 2 Co 4:3). Con el tiempo, nuestra mentes no solo tendrá un velo sino que estarán "ciegas por el dios de este mundo" (2 Co 4:4). Estaremos "dirigiéndonos hacia la destrucción" (2 Co 4:3).
Finalmente estaremos ya sea sin velo o ciegos. Estaremos ya sea transformados de gloria en gloria o deformados por nuestros pecados para destrucción y condenación. Debemos volvernos al Señor girando nuestras vidas a Él. Este es el único significado de la vida. Esta es nuestra única esperanza para el futuro. Este es el mandamiento del Señor: "Vuélvanse a Mí, y serán salvados, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios y no hay otro" (Is 45:22).
Oración: Padre, gracias por liberarme de la ceguera. Por tu poder, que pueda dar "vista a los ciegos" (ver Lc 4:18).
Promesa: "Si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y solo entonces vuelve a presentar tu ofrenda" (Mt 5:23-24).
Alabanza: Brenda reza un rosario cada día después de la misa para la conversión de su esposo e hijos.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de marzo de 2017.
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