la sumisión es una "cosa segura"
"Lo hice en virtud de una revelación divina, y les expuse el Evangelio que predico" (Gálatas 2:2).
El Señor ordena a cada cristiano que sea sumiso a la autoridad dada por Dios (Ef 5:21). Las esposas son los principales ejemplos de esta sumisión. Ellas deben enseñar a todos los cristianos la paz, la alegría, la libertad y las disciplinas de la sumisión (ver Ef 5:22).
La sumisión no es una idea hecha por el hombre sino un regalo de Dios. Por lo tanto, Dios le reveló a Pablo que sometiera su ministerio y predicación a la autoridad de los líderes de la iglesia de Jerusalén (Gál 2:1-2). En la sumisión de Pablo, él recibió la afirmación de los líderes de Jerusalén y también le "estrecharon la mano…en señal de comunión" (Gál 2:9). La sumisión conduce a la afirmación y la comunidad. En efecto, la sumisión conduce a la paz y al amor.
Los buenos efectos de la sumisión no son principalmente debidos a la excelencia de las personas con autoridad. Por ejemplo, Cefas, es decir, san Pedro, uno de los líderes de Jerusalén, cometió un gran error en Antioquía debido a su duplicidad en sus relaciones con los cristianos judíos y gentiles (Gál 2:11ss). La sumisión funciona porque Dios la hace funcionar incluso cuando los que están en la autoridad no funcionan muy bien.
La sumisión es una "cosa segura" porque Dios respalda Sus planes. Sé sumiso y regocíjate.
Oración: Padre, líbrame de la co-dependencia para poder ser sumiso.
Promesa: "Danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden" (Lc 11:3-4).
Alabanza: Gloria impulsa a su esposo a orar y lo deja hacer lo mismo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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