Job es conocido por su paciencia, pero debería ser más conocido por su esperanza. Si tus diez hijos murieran en un día, ¿tendrías esperanza? (ver Jb 1:19) Si fueras a la quiebra el mismo día, ¿permitirías que Dios te diera la virtud de la esperanza? (ver Jb 1:14ss) Si estuvieras enferma y atormentada por el dolor, ¿tendrías esperanza? (ver Jb 2:7) Algunos de nosotros seríamos como la esposa de Job que le dijo: "Maldice a Dios y muere de una vez" (Jb 2:9). Sin embargo, Job, sin la ayuda de su esposa y sus amigos, tenía esperanza.

"Esperando contra toda esperanza" (ver Rom 4:18), Job tuvo diez hijos más (Jb 42:13). Sus tres hijas fueron las mujeres más hermosas de toda la tierra (Jb 42:15). Además, Dios lo hizo dos veces más rico que antes (Jb 42:10). "Y la esperanza no quedará defraudada" (Rom 5:5).

¿Qué pasa con muchas personas que tienen esperanza en el Señor, pero que mueren sin las bendiciones que se le dieron a Job en sus últimos días? ¿Esperaron estas personas en vano? ¡No! Jesús es la Resurrección y la Vida (Jn 11:25). La muerte no arruina nuestras esperanzas; en cambio, conduce al cumplimiento de toda esperanza para aquellos que han esperado en Cristo, "Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan" (Is 40:31).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018

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