viendo a través de las lágrimas
"Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella" (Lucas 19:41).
La Iglesia se renueva al pasar por un "valle de lágrimas". No solo oramos y trabajamos por la renovación; lloramos por ella. Veremos la luz a través de nuestras lágrimas al amar lo suficiente para llorar amargamente (Ap 5:4) para que Jesús "abra el libro y sus siete sellos" (Ap 5:5), es decir, que revele Su plan para renovar la Iglesia. El Señor quiere hacernos "conocer perfectamente Su voluntad, y les dé con abundancia la sabiduría y el sentido de las cosas espirituales" (Col 1:9). Él sabe que sin una visión para la renovación, fracasaremos (ver Prov 29:18).
Sin embargo, el diablo trata de impedir que recibamos la revelación de Dios para la renovación. Incluso intenta obstruir el camino de los ángeles de Dios para evitar que nos revelen el plan de renovación de Dios (ver Dn 10:12-13). Si seguimos llorando, no en autocompasión sino en arrepentimiento por nuestros pecados y en amor por Dios y los demás, recibiremos el mensaje, veremos la luz y renovaremos la Iglesia.
¿Amas lo suficiente como para dejar de llorar por ti mismo y comenzar a llorar por la Iglesia? ¿La amas lo suficiente como para seguir llorando incluso por años? Si es así, el Señor puede usarte para renovar la Iglesia. Es entonces que llorarás lágrimas de alegría.
Oración: Padre, "¡Ojalá mi cabeza se convirtiera en llanto y mis ojos en fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por las víctimas de la hija de mi pueblo!" (Jer 8:23)
Promesa: "El Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes" (Sal 149:4).
Alabanza: Santa Cecilia, como Cristo, se perfeccionó por medio del sufrimiento. Santa Cecilia, patrona de la música, ora para que alabemos a Dios siempre.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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