amor duradero
"Los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero" (Juan 15:16).
Jesús, la Vid, nos manda a nosotros, las ramas, dar fruto que no solo sea abundante sino también duradero (Jn 15:16). Nuestro compromiso con el Señor y los compromisos de aquellos a quienes hemos llevado al Señor durarán, si estos compromisos están:
- "Arraigados y edificados en Él" (Col 2:7),
- Confirmados por el Espíritu Santo,
- Edificados en la roca de escuchar y obedecer la palabra de Dios (Mt 7:24ss),
- Sumisos a la autoridad de la Iglesia, del Dios viviente, "columna y fundamento de la verdad" (1 Tim 3:15),
- Agradecidos de la purificación por el fuego de "diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente" (1 Pe 1:6-7), y
- Rodeados por una nube de testigos (Heb 12:1).
Jesús es "el Primero y el Último" (Ap 22:13). Su amor por nosotros es para siempre. ¡Que dure para siempre nuestro amor por Él!
Oración: Padre, eres mi primer y último amor (ver Ap 2:4).
Promesa: "Esta fue leída y todos se alegraron por el aliento que les daba" (Hch 15:31).
Alabanza: Janet nunca antes había ayunado un solo día, pero lo hizo por primera vez un viernes, el día en que murió su Señor.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.
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