Somos instrumentos y herramientas en las manos de Dios. Nuestro Padre amoroso nos emplea según lo que somos y los dones que tenemos. Podemos experimentar esto en el presente y mediante la retrospección, viendo como el padre ha dirigido nuestras vidas. Nuestro Padre nos emplea usando una sinfonía de nuestras elecciones libres y Su omnipotencia divina y amorosa. Como ejemplo de esto, el homilista en la Misa de hoy mencionó que su propia y libre elección de asistir a un seminario calvinista fue utilizada por Dios como parte de Su plan para llevarlo tanto a la Iglesia Católica como al sacerdocio católico. Esta combinación de ser hijos de Dios y Sus instrumentos es un gran consuelo porque nos recuerda que somos hijos de un Padre amoroso (Mt 11:25ss) y que podemos ser fructíferos y útiles (ver File 20) en el reino de Dios.

Dios usa a los individuos malos como Sus instrumentos, como el rey de Asiria (ver Is 10:5ss) y Ciro, rey pagano de Persia (Is 45:1ss). ¡Cuánto más puede usar a Sus hijos amorosos que obedecen Su voluntad! No somos meros títeres en un juego divino. Somos hijos de un Padre amoroso, embajadores de un Rey benevolente. El Señor hace uso de nuestras decisiones libremente tomadas, buenas y malas, y nos emplea como Sus instrumentos y herramientas. Somos Sus sierras, hachas, violines e hijos amados. Seamos como niños en las manos del Padre, permítele que te afile y te sintonice como Él crea conveniente. Luego déjale que haga uso de ti para Su perfecta voluntad.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de diciembre de 2017.

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