desobediencia casual
"Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: 'No endurezcan su corazón'" (Salmos 95:7-8).
Milagrosa e instantáneamente, Jesús sanó a un leproso y luego le dio una severa advertencia para que no le dijera nada a nadie (Mc 1:43-44). El hombre desobedeció rápida y completamente a Jesús y comenzó a publicitar todo el asunto (Mc 1:45). Esta actitud casual hacia la desobediencia ha sido la maldición de la raza humana desde Adán y Eva hasta la última persona que vaya al infierno.
Todos reconocemos esta actitud casual hacia la desobediencia en otras personas. Rechazamos o condenamos a aquellos que desobedecen en áreas donde podemos estar obedeciendo. Sin embargo, es probable que tengamos una actitud casual hacia la desobediencia a nuestra manera. Por ejemplo, ¿obedeces al Señor tomando tu cruz diaria (Lc 9:23), diezmas, te sometes a la autoridad, te sacrificas, dices la verdad, evitas ocasiones de pecado, y evangelizas? Estos mandamientos no son opciones, sino son ampliamente ignorados.
El hecho de que la mayoría de los católicos en el mundo occidental se pierde la misa los domingos es sintomático de una cultura de rebelión. El hecho de que tantos usan anticonceptivos muestra que no solo tenemos un problema sino toda una cultura de la muerte.
Sin embargo, cuando nuestra obediencia se completa, tenemos la autoridad para derribar las fortalezas de Satanás y someter toda inteligencia humana a Cristo (2 Co 10:4-6). De lo contrario, estamos atrapados en la desobediencia. ¡Por amor de Dios, y por tu bien, obedece!
Oración: Padre, enséñame la obediencia, incluso por medio de mis sufrimientos si es necesario (ver Heb 5: 8).
Promesa: "Anímense mutuamente cada día mientras dure este hoy, a fin de que nadie se endurezca, seducido por el pecado" (Heb 3:13).
Alabanza: La santidad de san Antonio atrajo a otros, quienes se unieron a él y se hicieron conocer como los Padres del Desierto.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de junio de 2018
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.