él ama a los deshechables
"Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió" (Marcos 2:14).
Aunque era un pecado serio para un judío ser un recaudador de impuestos, Leví eligió ser uno. Jesús llamó a Leví de su trabajo pecaminoso a ser apóstol y misionero. Si nos arrepentimos, podemos seguir el llamado de Jesús incluso si somos bienes dañados, porque Jesús no viene para los sanos sino para los enfermos, no para los justos sino para pecadores (Mc 2:17). Jesús es un Sumo Sacerdote misericordioso Que es capaz "de compadecerse de nuestras debilidades" (Heb 2:17; 4:15). Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él (Jn 3:17). Incluso si todos los demás nos rechazan, Jesús nunca nos rechazará (Jn 6:37).
Hay esperanza para la raza humana debido a la misericordia de Jesús, y solo gracias a su misericordia. No importa cuán bajo hayamos llegado, Jesús nos elevará a alturas donde nosotros solos nunca podríamos llegar. Jesús ama a los desechables. Confía en Jesús. "Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno" (Heb 4:16).
Oración: Padre, dame misericordia y dala por medio de mí.
Promesa: "La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Heb 4:12).
Alabanza: Julia no recibió amor de su familia, sino halló ese amor en la familia de Jesús y se unió a una comunidad basada en el hogar.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de junio de 2018
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