relaciones cristianas
"Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de Vida que está en Cristo Jesús, saluda a Timoteo, su hijo muy querido" (2 Timoteo 1:1-2).
San Pablo consideró a san Timoteo y san Tito como sus hijos espirituales (2 Tim 1:2; Tit 1:4). Pablo los recordó en sus oraciones "constantemente, de día y de noche" (2 Tim 1:3). Cuando Pablo y Timoteo se separaron para servir al Señor, Timoteo rompió a llorar (2 Tim 1:4). Pablo se sintió tan cerca de Tito que su presencia elevó el espíritu de Pablo (2 Co 7:6). Tanto Timoteo como Tito eran responsables y sumisos ante Pablo. Timoteo obedeció a Pablo permaneciendo en Éfeso, aunque pudo haber querido abandonar ese ministerio (ver 1 Tim 1:3). Tito obedeció a Pablo asumiendo un ministerio excepcionalmente difícil de nombrar presbíteros en cada ciudad de Creta (Tito 1:5).
Las relaciones de Pablo con Timoteo y Tito son un buen modelo de auténticas relaciones cristianas. Estas relaciones son centradas en Cristo, devotas, sumisas, profundas, amorosas, puras y abnegadas. El Señor quiere obsequiarnos con este tipo de relaciones. Si morimos a nosotros mismos y obedecemos al Señor, Él nos dará relaciones de amor incondicional, compromiso permanente y gozo profunda. Deja que Jesús sea el Señor de todas tus relaciones.
Oración: Padre, que mis relaciones no se ajusten a este mundo, sino sean transformadas por Tu Espíritu (ver Rom 12:2).
Promesa: "Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos" (2 Tim 1:6).
Alabanza: "Doy gracias a Dios, porque ha puesto en el corazón de Tito la misma solicitud que yo tengo por ustedes" (2 Co 8:16).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de junio de 2018
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