campos minados
"Juan le dijo: 'Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre'" (Marcos 9:38).
Debido a guerras pasadas, grandes áreas de varios países todavía están minadas. Estas minas causan lesiones devastadoras y muerte, incluso años después de que una guerra haya terminado.
La guerra de Jesús con el demonio en la tierra ha terminado. "Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del demonio" (1 Jn 3:8). Jesús es totalmente victorioso. Él "se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que Sus enemigos sean puestos debajo de Sus pies" (Heb 10:12-13). La guerra ha terminado, pero las minas espirituales del maligno todavía permanecen y continúan haciendo daño a aquellos que no caminan con Jesús.
Por lo tanto:
- No dé un paso sin consultar con Jesús (ver Is 30:21).
- Advierta a otros para que cuiden sus pasos.
- Limpie los campos minados mediante oración y ayuno (ver Mt 17:21).
- Guíe a otros a caminar con Cristo, incluso en Sus pasos (ver 1 Pe 2:21).
- Anime a otros a orar y ayunar.
- Agradézcale a Jesús por Su victoria y por la guía del Espíritu Santo (ver Jn 16:13).
Oración: Padre, gracias por Tu victoria, protección, sanación y esperanza.
Promesa: "La sabiduría encumbra a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El que la ama, ama la vida" (Eclo 4:11-12).
Alabanza: Carlos notó que el estilo de vida que llevaba estaba literalmente matando a sus amigos que vivían el mismo estilo de vida. Al aceptar la gracia de la conversión, se arrepintió y se convirtió permanentemente a Jesús.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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