Santiago fue uno de los doce y proclamó audazmente el Evangelio (Mc 3:16-17). Su testimonio como líder fundador de la Iglesia (Cfr. Ef 2:20; Ap 21:14) resuena a lo largo de la eternidad. Oraba constantemente después de la ascensión de Jesús (Hch 1:14). "Por aquel entonces, el rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan,"(Hch 12:1-2). La vida de sacrificio de Santiago lo llevó al martirio, más sólo una frase encontramos en las Escrituras (Hch 12:2). Santiago no recibe mucho reconocimiento por ser el primer Mártir. ¿Has tu agradecido a algún mártir últimamente?

Muchos lectores de Un Pan, Un Cuerpo han trabajado en soledad, obedientemente llevando a cabo tareas mundanas para edificar el Reino de Dios. Y, es probable, también sin mayor crédito ni agradecimiento. Sin embargo, "lo que hagas, hazlo con todo tu ser. Hazlo para el Señor y no para los hombres, ya que tú sabes muy bien qué recompensa recibirás como herencia de él. Se esclavo de Cristo el Señor» (Col 3:23-24).

¿Tienes celos de aquellos con menor responsabilidad, que sin embargo reciben mayor agradecimiento de los demás? "No puede ser así contigo. Todo el que aspira a la grandeza debe servir al resto, y quien quiere ser el primero entre ustedes tendrá que servir a las necesidades de todos" (Mt 20:26-27). Para verdaderamente amar y servir a Jesús, lo que importa no es cuánto agradecimiento recibimos sino cuánto agradecimiento recibe él.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

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