edificio del cuerpo
"¿Es este acaso el momento de que ustedes vivan en sus casas revestidas de madera, mientras esta Casa está en ruinas?" (Ageo 1,4).
Los israelitas construían y remodelaban sus casas pero no hacían nada para arreglar la casa de Dios. En la medida en que no dedicaban tiempo a la Casa del Señor, sus vidas se encontraban empobrecidas, tristes, deprimidas, frías y vacías.
Los cristianos de hoy día cometen las mismas faltas de los israelitas. No es raro que muchos de nosotros estemos prestos a contribuir cantidades substanciales de dinero para construir los edificios o templos, pero menos dispuestos a edificar una iglesia conforme al Nuevo Testamento; que vaya más allá de un edificio. Construir esta Iglesia requiere: evangelizar y ser testigo de Cristo (Hch 1,8), hacer discípulos de todas las naciones (Mt 28,19), formando y haciendo pequeñas comunidades cristianas (Cfr. Hch 2,42; 4,32).
Muy pocos cristianos hoy día saben cómo se edifica la iglesia del Nuevo Testamento. Consecuentemente no hay mucha construcción en el movimiento de las actividades de la iglesia. Como la gente en el tiempo de Ageo, esto resultó en frustración, confusión, y descontento con la vida de la parroquia. "Sin visión la gente se acaba" (Cfr. Pe 29,18).
Por lo tanto, "considera tus maneras" (Ag 1,5 y 7); edifica la iglesia; se contentó.
Oración: Padre, haz que la iglesia sea fuerte y mejor debido a mi vida.
Promesa: "Suban a la montaña traigan madera y reconstruyan la Casa; yo la aceptaré gustoso y manifestaré mi gloria, dice el Señor" (Ageo 1,8).
Alabanza: San Cosme y san Damián eran doctores que Dios usó para sanar el cuerpo y el alma.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013
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