el espíritu de los santos
"¿Quiénes son y de dónde vienen los que están revestidos de túnicas blancas?" (Apocalipsis 7:13).
Hay quienes piensan que la Fiesta de "todos los Santos", significa que todas las personas se convierten automáticamente en santos y van al cielo. La realidad es que "es ancha la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran" (Mt 7:13-14).
¿Cómo llegar a ser salvo, es decir, hacerse santo? Llegamos a ser santos no por nuestra fuerza, sino por el Espíritu Santo (ver Zac 4:6b). Llegamos a ser santos, cuando en un solo Espíritu hemos sido bautizados en un solo Cuerpo (1 Co 12:13). Crecemos en santidad mientras seguimos la guía del Espíritu, quien nos hace santos (Gal 5:25). Si por el Espíritu hacemos "morir las obras de la carne", entonces viviremos (Rom 8:13). Si oramos en el Espíritu (Ef 6:18, Jud 20) y amamos en el Espíritu (ver Gal 5:22), nos convertiremos en santos al igual que Dios es santo (1 Pe 1:16). Vamos a ser santos en cada aspecto de nuestra conducta (1 Pe 1:15) como templos del Espíritu Santo (1 Co 6:19). Que pueda ser este día santo verdaderamente santificado por el poder del Espíritu Santo. ¡Ven, Espíritu Santo!
Oración: Padre, yo elijo ser pobre, doliente, humilde y hambriento de justicia (ver Mt 5:3-6).
Promesa: "somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal como es" (1 Jn 3:2).
Alabanza: Ellos exclamaban a gran voz: "¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!" (Ap 7:10)
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de junio de 2014
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