despojandonos con jesus
"Pecando de esa manera contra sus hermanos e hiriendo su conciencia, que es débil, ustedes pecan contra Cristo" (1 Corintios 8:12).
Las lecturas de hoy nos enseñan como a veces es necesario poner nuestra libertad personal al servicio del resto de los miembros del Cuerpo de Cristo. Hoy queremos hablar sobre la modestia en nuestra forma de vestir. ¿Nos vestimos a nuestro gusto o al gusto de Jesús?
Jesús "se viste modestamente" en la Eucaristía. Él humildemente aparece como pan. Si Él apareciera totalmente en su gloria, prenderíamos fuego y nos derretiríamos. Muchas jovencitas y algunas mujeres se visten con el objetivo de llamar la atención de los varones. La falta de modestia expone aquello que está llamado a mantenerse guardado. Esta atención se vuelve una distracción para quienes vienen al templo buscando acercarse a Cristo. En lugar de ayudarnos unos a otros a crecer en santidad y pureza, la falta de modestia es inapropiada y más aún incita a quien flaquea en autocontrol a encenderse y quemarse (ver 1Co 7:9) en el mismo lugar en donde no deberían tener tentaciones.
Mujeres, que sus adornos resalten la belleza y la dignidad que es imagen y semejanza del Dios vivo. Asegúrense de no ser piedra de tropiezo para los miembros del Cuerpo de Cristo (1Co 8:9). El vestido superfluo, especialmente en la Iglesia, debilita la atmósfera de santidad en la Casa de Dios, cuando Él los trae a su casa como una sola familia.
El Cuerpo de Jesús se presenta humildemente en la Misa. A imitación de Él, presentemos nuestros cuerpos en humildad, y simplemente para Él. Que todo lo que hagamos, incluyendo nuestra forma de vestir, sea para la gloria a Dios (1Co 10:31).
Oración: Señor Jesús, Tu eres mi Señor (Rom 14:7). Este es mi cuerpo que será dado por Ti.
Promesa: "Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso" (Lc 6:36).
Alabanza: Melissa es coordinadora de desfiles de moda femenina con estilos modestos y a la vez modernos, de modo que su hija adolescente y otras jovencitas se animen a vestir modestamente.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de abril de 2014
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