morir e iluminar
"Porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas" (Lucas 2:30-32).
Hoy, por todo el mundo, la Iglesia proclama que Jesús es la Luz de las naciones y la Gloria de Israel (Lc 2:32). Sin embargo, "la luz vino al mundo y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas" (Jn 3:19). De esta manera, Jesús fue y es un "signo de oposición" para "la ruina y la elevación de muchos en Israel" (ver Lc 2:34). El mensaje de la fiesta de hoy día, la Presentación de Jesús, es altamente controversial.
Jesús prometió que la proclamación del Evangelio, incluyendo el de hoy, se refrendaría con señales y prodigios (Mc 16:20). Mañana, usaremos las velas que hoy son bendecidas. Mañana, por medio de la bendición de san Blas, muchos serán sanados y liberados de la influencia del Maligno. Esto nos debe animar a todos a aceptar el mensaje de la fiesta de hoy ―aceptar a Jesús como la luz del mundo y la luz de nuestra vida (ver Jn 8:12).
Si aceptamos a Jesús como nuestra luz, nos volvemos luces nosotros mismos (Mt 5:14). Igual que velas, al tiempo que damos luz nos vamos consumiendo poco a poco. Se nos invita a dar la vida mientras damos luz. Solamente la gracia puede llevarnos a morir a las cosas que nos evitan brillar con luz divina.
Oración: Padre, que la oscuridad no venza mi luz (ver Jn 1:5).
Promesa: "Él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos. Él se sentará para fundir y purificar" (Mal 3:2-3).
Alabanza: ¡Aleluya! ¡Alabemos a Jesús el Signo de oposición (Lc 2:34) y Señor resucitado! ¡Aleluya!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.