Muchos de vosotros están citando el Profeta Elías jadeando: "¡Basta ya, Señor!" (1 Re 19:4) No puedes aguantar más la idea de continuar con tu ministerio parroquial, matrimonio, trabajo o incluso la vida. Hasta quisieras dar vuelta y hacerte el muerto. Estás "exhausto". Estás en buena compañía porque Elías, conocido por "jugar con fuego" (ver Eclo 48:1, 3), acabó exhausto él mismo.

Dios intervino mediante un ángel que mando para que ordenara a Elías así: "¡Levántate, come, porque todavía te queda mucho por caminar!" (1 Re 19:7). Tu también debes levantarte y comer o tu ministerio, matrimonio u otra prueba será demasiado para ti. Debes despertarte y comer del pan de cada día de la palabra de Dios y la Sagrada Comunión. "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4:4). Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes (Jn 6:53). Si no aceptamos la gracia de Dios por más oración diaria y lectura de la Biblia, encontraremos la vida muy larga, caemos en depresión y nos encontramos "funcionando como sonámbulos". A menos que celebremos la misa y recibamos la comunión tan a menudo a como sea posible (hasta diariamente), no tendremos" lo que se requiere" para el ministerio, el ser padre, el evangelizar, el sufrir o el amar. Quedaremos con el corazón "exhausto" si no lo llenamos con el ardor que viene de escuchar la palabra de Dios y partir el pan en comunión (ver Lc 24:31-32).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de abril de 2015

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