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"Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo" (Efesios 6:5).
Cuando la Biblia usa la palabra "esclavo", significa en nuestro lenguaje actual "empleado". La Palabra de Dios nos manda obedecer a nuestros jefes con reverencia, temor y la sinceridad que le debemos a Cristo. Esto vale también para los empleadores menos agradables. Ustedes empleados, "traten a sus señores con el debido respeto, no solamente a los buenos y comprensivos, sino también a los malos. Porque es una gracia soportar, con el pensamiento puesto en Dios, las penas que se sufren injustamente" (1 Pe 2:18-19).
Esta increíble manera de relacionarse con los jefes tiene un poderoso impacto evangélico. "Que los esclavos obedezcan en todo a sus dueños y procuren agradarlos, tratando de no contradecirlos. Que no los defrauden, sino que les demuestren absoluta fidelidad, para hacer honor en todo a la doctrina de Dios, nuestro Salvador" (Tit 2:9-10).
Recuerden que no estamos trabajando "por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna" (Jn 6:27). Si vamos a llevar a jefes y compañeros de trabajo a la nueva, abundante y eterna vida con Jesús, debemos trabajar y relacionarnos con los demás de una manera diferente. No con una obediencia fingida que busca complacer a los hombres, sino como servidores de Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios (Ef 6:6). Demos nuestro servicio de "buena gana, como si se tratara del Señor y no de los hombres" (Ef 6:7). Vamos a trabajar con el fin de permitir que Dios trabaje por medio de nosotros. Dentro de pocos años, cuando todo el mundo esté ya definitivamente jubilado, habrá una reunión en el cielo con el personal con quien hemos trabajado. Que no falte ni el jefe ni compañero alguno de trabajo.
Oración: Padre, que pueda verme como pastor en mi lugar de trabajo, y a mis compañeros como a los miembros de mi iglesia. Trabaja por medio de mí.
Promesa: "Traten de entrar por la puerta estrecha" (Lc 13:24).
Alabanza: Jerry y su jefe hacen una pausa en su trabajo todos los días al mediodía para orar el Ángelus.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.
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