Cristianos, pónganse toda la armadura de Dios para que "puedan resistir las insidias del demonio" (Ef 6:11). Nuestro objetivo en la batalla es mantener nuestra posición y permanecer firmes (Ef 6:13-14). El objetivo del diablo en la batalla es conseguir que cedamos, para manipularnos.

Si estamos en el lugar correcto en el momento oportuno, Dios nos ungirá con su poder. En el lugar que nos ha dado Dios, somos invencibles. En consecuencia, el objetivo del diablo es engañar, empujar, y presionarnos para ceder una pulgada. Cuando estamos fuera de lugar, aunque sea ligeramente, ya no nos fortalecemos "en el Señor con la fuerza de su poder" (Ef 6:10), sino en la nuestra propia. Dependiendo solamente en nosotros, no podemos competir con el diablo, y ni siquiera podemos reclamar la victoria que Jesús ya ha ganado.

Por ejemplo, el diablo trató de que Jesús cediera una pulgada. Ciertos fariseos le dijeron a Jesús: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte" (Lc 13:31). Pero Jesús se negó apartarse en lo más mínimo de hacer la voluntad de su Padre. Finalmente, mientras estaba en agonía crucificado, Jesús fue tentado a bajar de la cruz (Mt 27:40). Se negó a ceder y con ello venció al maligno. Cristianos a "mantenerse firmes" (Ef 6:13).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.

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