eres bienaventurado
"Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo" (Lucas 24:51).
Jesús ascendió en "medio de bendiciones." Los apóstoles respondieron "alabando a Dios" (Lc 24:53). Estas son las últimas palabras del evangelio según san Lucas. La última palabra según Lucas es que el Cristo ascendido nos bendice, por lo cual nosotros le bendecimos. "Cuando subió a lo alto… repartió dones a los hombres" (Ef 4:8; véase Sal 68:19) "para colmar todo el universo" (Ef 4:10). Cuando Jesús ascendió, cumplió la profecía: "A partir de este día, yo daré mi bendición" (Ag 2:19). Por lo tanto, "bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre" (Sal 103:1).
Para recibir las bendiciones del Cristo ascendido, todos juntos consagrémonos a la constante oración (Hch 1:14). Recemos fervientemente la primera de todas las novenas, la novena de Pentecostés. Jesús nos bendecirá con el Espíritu Santo de bienaventuranza. "Dentro de pocos días" el poder del Espíritu nos renovará (Hch 1:5). Bienaventurados los que veneran al Cristo ascendido y oran por un nuevo Pentecostés. Bienaventurados los "bautizados en el Espíritu Santo" (Hch 1:5). Eres bienaventurado en el Cristo ascendido, que sea "una bendición" (Gn 12:2) y bendice "al Señor en todo momento" (Sal 34:2).
Oración: Padre, bendíceme más allá de lo que puedo imaginar.
Promesa: "Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes" (Ef 1:18-19).
Alabanza: ¡Alabado sea el Señor Jesús ascendido y resucitado, Rey de todo el cielo y la tierra! ¡Aleluya!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.
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