¿duros de entendimiento?
"Por lo tanto, como dice el Espíritu Santo: "Si hoy escuchan su voz no endurezcan su corazón como en el tiempo de la Rebelión, el día de la Tentación en el desierto" (Hebreos 3:7-8).
Los israelitas en el desierto se rebelaron contra el liderazgo de Moisés quien representaba a Dios (Num 14:20ss). Por lo tanto, ellos se rebelaron contra Dios. Todo lo que podían ver era un sol abrasador, dieta restringida (Ex 16:1-4), un panorama desértico "una tierra sedienta, reseca y sin agua" (Sal 63:2), y un relato sobre los gigantes que vivían en la tierra que Dios les había prometido. Todo con lo que contaban los israelitas era una ración diaria de pan y carne provista desde lo alto del cielo (Ex 16:4ss). Hacía poco que habían caminado en medio de paredes de aguas del Mar Rojo y habían visto la derrota del ejército egipcio por medio de la mano de Dios. Endurecieron sus corazones, cerraron sus ojos y sellaron sus oídos; fallaron la prueba de Dios.
La advertencia de Dios de no endurecer los corazones nos aplica también a nosotros. De igual forma, podríamos estar ciegos a milagros que ocurren justo frente a nuestros ojos. En cada Misa, en el altar ocurre el milagro de los milagros: pan y vino se convierten en Cuerpo y Sangre de Jesús, Dios mismo.
Los israelitas pudieron haber visto los milagros que ocurrían frente a sus ojos pero solo tenían ojos para lo que los molestaba. ¿Endurecerás tu corazón o permitirás que el Señor lo abra para que recibas al Espíritu Santo? "Si hoy escuchan su voz, no endurezcan su corazón (ver Heb 3:7-8,15).
Oración: "Abre los ojos de mi corazón, Señor". Permite que nunca cierre mis ojos a Tu amor y que nunca me rebele contra Ti.
Promesa: Jesús dijo: "Lo quiero, queda purificado" (Mc 1:41).
Alabanza: Santa Margarita no endureció su corazón sino que ayudó a construir la nueva colonia de Canadá. Fue conocida como "la Madre de la Colonia".
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).