lenguaje corporal
"Sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús" (Juan 20:12).
Cuando dos ángeles le preguntaron a María Magdalena por qué lloraba, ella respondió: "porque se han llevado a mi Señor" (Jn 20:13). Se refería a que el cuerpo del Señor ya no estaba en su tumba. María Magdalena estaba tan preocupada por el cuerpo de Jesús que parecía no haber prestado mucha atención a los "dos ángeles vestidos de blanco" (Jn 20:12). Cuando Jesús, que ella creía que era el jardinero, le preguntó por qué lloraba, ella respondió que le dijera donde se encontraba el cuerpo de Jesús, que ella lo buscaría (Jn 20:15). Entonces, cuando Jesús pronunció el nombre de María, María tocó el cuerpo de Jesús.
María Magdalena amaba a Jesús y a Su cuerpo. Si nos vamos a encontrar con el Cristo resucitado, tenemos que amar a Jesús en Su cuerpo glorificado en el cielo, Su cuerpo la Iglesia (Ef 5:25) y Su Cuerpo eucarístico. Reconozcamos a Jesús resucitado por medio del ministerio del Cuerpo de Cristo y de la Iglesia y mediante la fracción del pan (Lc 24:30-31), es decir, el Cuerpo de Cristo.
Amemos la Iglesia. Amemos la misa. Como María Magdalena, amemos el cuerpo de Cristo resucitado.
Oración: Padre, antes de recibir a Cristo resucitado en la Santa Comunión, que pueda responder con una rotunda y profunda fe a las palabras del sacerdote, "el Cuerpo de Cristo".
Promesa: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar" (Hch 2:38-39).
Alabanza: ¡Alabado sea Jesús, realmente presente en la Eucaristía! "Oh Santísimo Sacramento, Oh Sacramento divino, ¡toda alabanza y acción de gracias sea en cada momento para Ti!"
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.
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