San Pedro negó a Cristo tres veces. La mayoría de la gente piensa que estas negaciones fueron los peores pecados de Pedro. Sin embargo, cuando Pedro trató de regresar a su negocio de pesca, él puede que con ello haya cometido su peor pecado. Pedro se comportó como si no hubiera jamás conocido a Jesús. Él regresó a la existencia sin Cristo, trabajando como anteriormente lo hacía.

Después de que Jesús llamó la atención de Pedro, él "volvió al punto de partida". Él le preguntó a Pedro tres veces si lo amaba (Jn 21:15-17). Entonces Jesús comenzó de nuevo con Pedro, y una vez más le dijo que lo siguiera (Jn 21:19). Pedro se arrepintió de nuevo. Sin embargo, esta vez su arrepentimiento no fue un interludio en una serie de pecados, sino una preparación para el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés.

¿Estás empezando a celebrar y ser testigo de la resurrección de Cristo en este tiempo de Pascua? ¿O es que la Pascua ha terminado, porque nunca comenzó? ¿Es tu día de hoy notablemente diferente de las prioridades y actividades de aquellos que no conocen a nuestro Señor resucitado? ¡Si no es así, arrepiéntete! Hay un Pentecostés para la Pedros que se arrepienten, y hay una vida de resurrección para los que reciben Pentecostés.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.

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