llénate
"Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo" (Hechos 4:8).
En el primer Pentecostés cristiano, "todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 2:4). Después de que Pedro y Juan fueron liberados de la prisión, la primera comunidad cristiana se reunió para orar y "cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 4:31). Esteban, primer diácono y primer mártir, era "un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo" (Hch 6:5). Bernabé "era un hombre bondadoso, lleno de Espíritu Santo y de mucha fe" (Hch 11:24). El Señor nos manda: "Llénense del Espíritu Santo" (Ef 5:18).
Necesitamos ser llenados del Espíritu Santo porque podremos haber:
- limitado nuestra recepción del Espíritu debido al pecado, miedo o ignorancia (ver Jn 3:34),
- apagado (1 Tes 5:19) o afligido al Espíritu (Ef 4:30) por el pecado y el egoísmo, o
- tenido nuestra capacidad de recibir al Espíritu ampliado por el Espíritu que obra en nosotros. Y por lo tanto, tener más espacio para recibir al Espíritu de varias maneras, puesto que el Espíritu nos ha cambiado de gente mezquina, estrecha y egocéntrica a hombres y mujeres de Dios con gran corazón, alma y con visión del reino.
En consecuencia, "reciban al Espíritu Santo" en plenitud (Jn 20:22). "Te recomiendo que reavives el don de Dios" que has recibido. "El Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad" (2 Tim 1:6, 7). Llénate del Espíritu Santo.
Oración: Padre, que nunca limite la presencia y el poder del Espíritu en mi vida.
Promesa: "¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente" (1 Jn 3:1).
Alabanza: ¡Alabado sea nuestro Señor y Salvador resucitado y eucarístico! Que la Gloria, el poder y la fuerza sean Suyos por siempre.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.
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