¡Qué terrible pecado fue el que Judas traicionara a Cristo por treinta monedas de plata! Sin embargo, el Señor creó algo bueno de esta abominación al predecirla, para que cuando aconteciera, los discípulos creyeran que Él es el YO SOY, es decir, Dios (Jn 13:19). De la traición de Judas, el Señor trajo la salvación y la fe en Su divinidad. "Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que Él llamó según su designio" (Rom 8:28). "El Señor lo hizo todo con un fin, incluso al malvado, para el día nefasto" (Prov 16:4). "Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios" (2 Co 4:15).

El Señor quiere traer el bien de tu más terrible pecado. Él quiere guiarte a tí y a muchos otros al arrepentimiento, sanación y santidad. Si no has confesado este pecado en el Sacramento de la Reconciliación, hazlo lo más pronto posible, este fin de semana. Si ya has confesado tu más terrible pecado, agradece al Señor por Su perdón, pídele que te sane, da tu vida a Jesús totalmente y busca oportunidades de ayudar a otros y evitar cometer su peor pecado o ayudarlos a arrepentirse. Permite que Jesús haga el milagro de trabajar en todas las cosas por el bien de aquellos que Le aman.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.

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