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Jueves, 10 de mayo de 2018

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san Damián de Molokai


Hechos 18:1-8
Salmos 98:1-4
Juan 16:16-20

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Reflexiones Similares

hablando en la iglesia

"Todos los sábados, Pablo discutía en la sinagoga y trataba de persuadir tanto a los judíos como a los paganos" (Hechos 18:4).

No es raro ver gente hablando en la iglesia en los Estados Unidos. La gente se da la bienvenida antes o después de la Misa. Hablan de sus hijos, la política, deportes, obituarios, la escuela, el tiempo. Algunos incluso discuten cosas relacionadas con la iglesia, como la política parroquial o asuntos de la escuela parroquial. ¿Cuántas personas en la iglesia hablan de Jesús?

Cada semana, san Pablo hablaba en la iglesia acerca de Jesús. Trataba de persuadir a cualquiera que escuchara que Jesús es "el Mesías" (Hch 18:5). Pablo decidió que "no quiso saber nada, fuera de Jesucristo" (1 Co 2:2). Cuando habló de Jesús, Pablo tuvo resultados contradictorios. Algunos "se burlaron, mientras otros decían: 'Otro día te oiremos hablar sobre esto'" (Hch 17:32). Algunas personas "lo contradecían y lo injuriaban"(Hch 18:6). Otros "lo siguieron y abrazaron la fe" (Hch 17:34). "También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la fe y se hicieron bautizar" (Hch 18:8).

Solo tenemos "un corto tiempo" en esta vida para hablar con la gente acerca de Jesús (ver Jn 16:17; 1 Co 7:29). "El Señor manifestó su victoria" (Sal 98:2) resucitándonos como sus testigos (Hch 2:32). "Somos embajadores de Cristo en el mundo" (2 Co 5:20). "Evita los discursos huecos y profanos, que no hacen más que acrecentar la impiedad" (2 Tim 2:16). "Ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han pasado de la muerte a la Vida, y hagan de sus miembros instrumentos de justicia al servicio de Dios" (Rom 6:13). Habla en tu iglesia y tu mundo acerca de Jesús.

Oración:  Padre, a medida que se acerca la Novena de Pentecostés, envía al Espíritu Santo para que me enseñe "qué decir y cómo hablar" (Jn 12:49).

Promesa:  "Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la fe y se hicieron bautizar" (Hch 18:8).

Alabanza:  San Damián pasó los últimos años de su vida como leproso, justo como a los que él sirvió en Molokai, Hawái.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.

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