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Martes, 19 de junio de 2018

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san Romualdo


1 Reyes 21:17-29
Salmos 51:3-6, 11, 16
Mateo 5:43-48

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sorprendido

"¡Me has sorprendido, enemigo mío!" (1 Reyes 21:20).

Que nuestros enemigos nos descubran, es decir, que se sorprendan que los amamos genuinamente y de verdad. Que nuestros enemigos nos descubran, es decir, que se sorprendan que estamos orando y ayunando por ellos, y ofreciendo Misas y sacrificios por ellos. Que nuestros enemigos nos descubran, sorprendidos que no tenemos odio en nuestros corazones por ellos, sino solo amor verdadero (Mt 5:44ss).

Que nuestros enemigos nos descubran, es decir, que se sorprendan que después de haber sufrido pérdida y dolor como resultado de su odio, y a pesar de nuestras heridas sufridas por medio de sus esfuerzos, que se sorprendan que realmente los amamos con verdadero amor sobrenatural. Que nuestros enemigos nos encuentren al pie de la cruz, depositando nuestro dolor a los pies de Jesús y recibiendo a su vez el amor de Jesús por ellos.

Al descubrirnos, que nuestros enemigos también puedan descubrir a Jesús. Que descubran cuán profundamente Jesús los ama. Que ellos descubran a Dios de sorpresa - tan profundamente que lleguen a recibir la vida eterna, la salvación y el gozo eterno en el cielo con Dios - y con nosotros - para siempre. "Amen a sus enemigos" (Mt 5:44).

Oración:  Padre, que Te de gloria recibiendo al Espíritu Santo y escogiendo el perdonar a mis enemigos.

Promesa:  "¡Ten piedad de mí, o Dios, por tu bondad; por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!" (Sal 51:3-4)

Alabanza:  San Romualdo luchó con mayor fuerza contra las tentaciones a medida que crecía. Con frecuencia, se reducía al llanto por el "calor hirviente e indescriptible del Amor divino".

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de diciembre de 2017.

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